La actividad minera en Argentina y en muchos países del mundo viene sufriendo desprestigio y estigmatización desde hace más de una década. Las campañas de falsa información, información a medias y divulgación de posverdades han logrado que no se le de cabida a la verdad científica o técnica con que trabaja la minería moderna y responsable, aún cuando se respetan y protegen los intereses de todas las partes interesadas, la salud y el ambiente. Además, se contribuye clara y equitativamente a un amplio desarrollo económico de los países productivos y al beneficio de las comunidades locales.
Prestigiosas instituciones alrededor del mundo abordan todos los aspectos relacionados a la minería: el técnico, social, económico, ambiental, educativo, legal e institucional -entre tantos-, y aún así, gente de todo nivel académico y formación sigue repitiendo lemas sin sustento y sin realizar un mínimo cuestionamiento sobre la verdad detrás de esas afirmaciones.
En pleno siglo XXI, los mineros nos preguntamos cómo es posible que periodistas, investigadores, académicos de primer nivel, entre otros, sigan manteniéndose firmes en una postura antiminera, ni siquiera neutral, científica u objetiva, sin escuchar lo que tienen para decir sobre minería el Columbia Center on Sustainable Investment, BID, Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, WEF, CEPAL, CFI, FMI, International Council on Mining and Metals, International Institute for Sustainable Development, London Bullion Market Association, London Metal Exchange, McKinsey Global Institute, Natural Resource Governance Institute, PNUD, UNESCO, World Gold Council o International Women in Mining, entre otras decenas de serias organizaciones, universidades y programas alrededor del planeta.
El rumbo de la minería responsable sigue numerosas iniciativas sobre mejores prácticas como el Marco de políticas mineras del Foro Intergubernamental sobre minería, minerales, metales y desarrollo sostenible, Iniciativa de transparencia de las industrias extractivas, Código Internacional de Manejo del Cianuro, Estándar Global de Gestión de Relaves para la Industria Minera, Iniciativa de reporte global, Hacia una Minería Sustentable, E3 Plus Guía para la Exploración Responsable (Responsabilidad Social, Excelencia Ambiental, y Salud y Seguridad Ocupacional), Libro Blanco sobre Minería Responsable y Declaración de Ciudad del Cabo sobre Geoética de la International Association for Promoting Geoethics.
La geoética consiste en la investigación y la reflexión sobre los valores que sostienen comportamientos y prácticas apropiados donde sea que las actividades humanas interactúan con el sistema Tierra. Además, trata las implicancias éticas, sociales y culturales del conocimiento de las geociencias; la educación, la investigación, su práctica y comunicación, como el rol social y la responsabilidad de los geocientíficos en la conducción de sus actividades.
La minería responsable se refiere a los principios y la ética del desarrollo sostenible aplicado a la exploración, a la explotación y el uso de recursos minerales económicos, incluyendo la cadena de valor total que va desde los estudios, exploración y extracción, hasta el procesamiento, refinación, gestión de residuos, cierre de mina y la rehabilitación del terreno. Entonces: ¿Deberíamos exigir responsabilidad y conciencia ética a la sociedad, a los comunicadores, a los políticos para lograr un diálogo justo y equilibrado?
Sabemos que el cambio energético hacia alternativas cada vez más limpias que el mundo necesita requiere de una variedad y cantidad cada vez mayor de minerales, y su producción puede lograrse con controles apropiados, ética y regulación que permita minimizar los impactos negativos maximizando los positivos, como por ejemplo el desarrollo de las comunidades anfitrionas. A su vez, las empresas mineras requieren estabilidad financiera y regulatoria, y fácil acceso a geodatos para lograr su desarrollo.
Por tanto, la minería responsable no solamente requiere acciones y compromisos de las empresas mineras, es igualmente dependiente de las actividades y los compromisos constructivos y de la participación de todos los actores. Todos tienen la responsabilidad de estar bien informados, claramente actualizados y absolutamente conscientes de todos los aspectos de cualquier actividad minera que los alcance de alguna manera.
La responsabilidad social y ambiental es integral y depende de todos los actores involucrados.
Por Marita Ahumada para WiM Argentina
MN 2455 CSPG
Mg. en Geología y Gestión Ambiental de los Recursos Minerales
Directora del Comité Asesor de Women in Mining Argentina
Miembro del Task Group “Responsible Mining” de IAPG