Con 37 años, Marina Romero posee el título de ingeniero agrimensor y es también docente e investigadora en la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ). Se desempeña profesionalmente en el área de los recursos naturales vinculados a la minería desde antes de graduarse, una industria en la que, según su visión, la mujer ha ganado mucho espacio en los últimos años: “Tenemos que seguir difundiendo las historias de aquellas mujeres que han sido grandes influencias; romper el techo de cristal es una forma de cambiar la mirada social sobre ciertas carreras”.
¿De qué manera ha evolucionado la presencia de mujeres en carreras científicas y qué opciones existen para fomentar la inserción femenina en este tipo de sectores?
Observo que la participación de la mujer se ha incrementado en estos últimos años. En este sentido, la tarea de difusión es central para que las estudiantes mujeres conozcan todas las posibilidades que tienen para desarrollarse en el ámbito científico. Por eso es muy importante dar a conocer los ejemplos de grandes investigadoras y docentes que nos han formado y nos han impulsado a ir más allá de las barreras socialmente impuestas y cambiar la mirada que se tiene sobre la ingeniería como un sector enteramente masculino.
En estos últimos años la Facultad de Ingeniería ha hecho muy participativas las ofertas académicas y los estudiantes pueden recorrer los distintos laboratorios y tener charlas con los docentes, lo que favorece a que las jóvenes conozcan que somos muchas profesoras las que nos desempeñamos en este tipo de trabajos. También es relevante mostrar que en la actualidad gran cantidad de mujeres ocupan lugares importantes de gestión a nivel autoridad, tanto en el ámbito universitario como en el Estado, y son ejemplos claros que impulsan y motivan a las estudiantes.
A partir de tu formación como ingeniera en agrimensura, ¿cómo comenzaste a relacionarte con la actividad minera y cómo ha sido tu crecimiento profesional como ingeniera mujer en este medio?
Mi interés en la temática de los recursos naturales surgió cuando terminé de cursar agrimensura y me vinculé con la Dra. María Angélica Matar, quién dirigía el área de exploración del Instituto de Investigaciones Mineras (IIM). Había que acreditar cierta cantidad de horas de cursos para terminar la carrera y ella dictaba, junto con la Dra. Valentina Soria, la asignatura “Cartografía Temática y SIG” en el Departamento Ingeniería de Minas. En esa instancia también fue de fundamental importancia la compañía y apoyo de mi papá, quien trabajaba en el Instituto de Ingeniería Química de la Facultad de Ingeniería en UNSJ y se vinculaba a través de trabajos a terceros y de investigación con el Instituto de Investigaciones Mineras. Una vez que terminé de cursar me presenté a una beca de estudiante avanzado, la cual desarrollé en el mencionado instituto. Cuando me recibí tuve la posibilidad de unirme a las cátedras relacionadas con la topografía de la carrera Ingeniería de Minas, donde continúo hasta la actualidad.
Como ingeniera, siento que siempre he tenido un lugar y he podido ir desarrollando distintos objetivos profesionales y académicos; pero aún al día de hoy creo que hay situaciones donde es necesario ponerse firme y hacerse respetar.
¿Cuáles son las actividades que forman parte del itinerario de una profesional de la ingeniería en agrimensura tanto en el ámbito de la docencia como en el de la investigación?
Actualmente desarrollo mi tarea docente en dos cátedras de tercer año de la carrera de Ingeniería de Minas: “Topografía General” y “Topografía de Minas”. Estar al frente del aula ante estos cambios que hemos transitado con la virtualidad y la bimodalidad se ha vuelto un importante desafío, pero hemos tenido muy buenos resultados con la vuelta a las prácticas presenciales. En adición a esto, participo también como docente del posgrado de la Escuela de Caminos de Alta Montaña (EICAM) dictando clases de Topografía Subterránea en la especialización en túneles.
Mis tareas de investigación están vinculadas a diversos proyectos en los que me desempeño como directora, y también trabajo en el Laboratorio de Mecánica de Rocas del IIM, el cual posee instrumental único a nivel país y desde el año 2017 certifica Normas ISO 9000. Allí se desarrollan tareas de transferencia a grandes empresas mineras y otras vinculadas a la minería.
Por último este año también ha surgido la posibilidad de codirigir becarios en la categoría de estudiante avanzado, lo cual ha sido muy gratificante.
¿Cuánto ha mejorado la visibilización de la mujer y su aporte profesional en el ámbito académico ligado a industrias como la minería?
Durante el 2021 tuve la oportunidad de participar de los comités de organización de las XV Jornadas Argentinas de Tratamiento de Minerales (JATRAMI), una reunión de muchísima importancia a nivel latinoamericano, y también fui partícipe de la I Jornada de Comunicación, Extensión e Investigación de la Facultad de Ingeniería. En ambos eventos se puso en evidencia un hecho clave que es que muchos proyectos y trabajos son llevados a cabo por investigadoras y los equipos de trabajo cuentan hoy con una amplia participación femenina. Estos son los ejemplos a los que, insisto, se tiene que dar más difusión. En este ámbito la mujer ha ganado muchos espacios y es muy emocionante ver ese crecimiento en el sector académico y de investigación.
¿En qué medida se ha favorecido la inclusión de mujeres en diversos cargos en la UNSJ?
Es un aspecto que se ha trabajado fuertemente dentro de la UNSJ durante los últimos años. Creo que se debe a que el rol de la mujer ha sido reconocido verdaderamente y ver ahora mujeres en lugares clave de la gestión universitaria favorece a que las niñas se acerquen a las ciencias duras y que cada vez más estudiantes mujeres puedan optar por carreras ligadas a la ingeniería. Personalmente creo que el motivo fundamental es la revalorización del rol de la mujer en todas las áreas de nuestra facultad, ya sea al frente del aula, comandando equipos de trabajo, dirigiendo proyectos o siendo jefas de departamento o directoras de los institutos de investigación. Veo cada vez más mujeres desempeñándose en este tipo de cargos.
Como última reflexión, me gustaría destacar la importancia de que los jóvenes que deseen estudiar alguna carrera de ingeniería sientan que sus padres y sus familias los apoyan para concretar esas metas. Creo que las nuevas generaciones ya traen un cambio de mentalidad sobre la valoración de sus propias potencialidades y eso hay que seguir impulsándolo.