Son iglesianas y se unieron en un proyecto común apoyado por Josemaría para impulsar las ventas de sus productos artesanales.
Por Diario La Provincia SJ
No se conocían entre sí, sumaron voluntades y se dieron cuenta de que juntas ganaban más que separadas. Mujeres en Red es una iniciativa del proyecto minero Josemaría que unió a emprendedoras de diferentes puntos de Iglesia con un resultado exitoso que todavía no vio su techo.
Este programa integral tiene como objetivo fortalecer los emprendimientos liderados por mujeres de Iglesia y ya cuenta con 48 trabajadoras que recibieron capacitación en diferentes áreas. En diciembre del 2021 se desarrolló un taller de oratoria que tenía como objetivo mejorar la comunicación, y en el 2022 las capacitaciones incluyeron distintas mentorías orientadas a marketing y perfeccionamiento de los emprendimientos.
«Todas las mujeres pusieron sus días para estudiar y están comprometidas con su propio desarrollo. Creamos lazos de confianza y la red es justamente contención, colaboración, competencia sana y complemento. Es por eso que empezaron a trabajar en red», comenzó explicando Soledad Méndez, coordinadora de Relaciones Comunitarias de Proyecto Josemaría.
El objetivo es que los 48 emprendimientos sean sostenibles en el tiempo y que colaboren con la economía del hogar y sea un ingreso sostenible. «El principal desafío es que la red continúe unida. Siempre les decimos que Josemaría es un facilitador, pero la red es de ellas, tienen que alimentarla. Nosotros podemos acompañar un tiempo pero la red debe trascender a Josemaría. Vamos a trabajar con asistencia técnica y financiera y a partir de allí deben ver cómo se desarrollan internamente», subrayó.
Algunas de ellas participaron de la Expo San Juan Minera 2022 en el Complejo Costanera de la localidad de Chimbas. Allí las mujeres mostraron sus productos y entraron a aplicar los conocimientos adquiridos sobre comercialización. Pero además, expresaron que detrás de cada una de sus obras hay un trabajo realizado con esmero y mucho amor.
Una historia de superación y resiliencia a través de las artesanías
Hace unos meses, Lucrecia Muñoz enfrentó un duro desafío. La mujer tuvo que enfrentar un cáncer de mama y para ello se refugió en las artesanías como «cable a tierra». Con la mente puesta en superar todos los obstáculos, comenzó haciendo tejidos a crochet y a 2 agujas y hoy esos productos son elogiados por su calidad.
«El emprendimiento comenzó desde el momento que me detectaron cáncer. Tuve que viajar de Iglesia a la ciudad para hacer radioterapia. Como estaba sola decidí seguir con mis tejidos y de ahí salió la idea. Fue mi cable a tierra cuando me diagnosticaron la enfermedad y pude salir adelante», expresó la artesana.
Entre todas las obras, los amigurumis de llamas tejidas fueron su conexión creativa y lo que la llevó a dejar volar su mente para producir estas artesanías que los compradores definieron como «maravillosas». Además ofrece caminos de mesa y remeras tejidas que son el atractivo, sobre todo, de las más adolescentes. “En definitiva fue un proceso muy satisfactorio para mí como persona. Esto lo hacía como cable a tierra, pero a veces no sabía cuánto salía todo y cuánto gastaba. Con el curso nos enseñaron a valorarnos y valorar nuestro trabajo», apuntó.
Dulces con historia
Rosa Aguilera es oriunda de Tudcum y decidió hacer de una tradición familiar su empresa. Su suegra le enseñó a hacer tabletas iglesianas rellenas con dulce de leche, alcayota o dulce de manzana, y ella decidió tomar la posta para crecer.
«Esta receta viene de tradición y se cocina en horno de barro. Cuando me convocaron me di cuenta de que era un proyecto muy bueno para crecer. Me sacó de muchas cosas que uno tiene en su casa. Soy madre de 4 hijos y 2 nietos; ahora mi esposo y uno de mis hijos me ayudan», explicó.
Para profesionalizar su producto casero recibió asesoramiento con un curso de manipulación de alimentos y recibió una capacitación única con cocineros. Luego crearon la historia de la tableta iglesiana que fue adherida con un código QR al paquete portador del producto para que la gente pueda conocer de qué se trata.
Más que un objeto
Raquel Varela es artesana de Iglesia y su propuesta se llama “Más Que Un Objeto”. Se trata de tejidos de distinto tipo que van desde el hilado en lana de oveja al telar criollo y ancestral mapuche. Además, realiza amigurumis con hilos de alta calidad y ojos realizados con máxima seguridad para evitar accidentes con los niños pequeños.
«Gracias a la empresa Josemaría y a esta propuesta se ha logrado que nos conozcamos entre nosotras, las emprendedoras. Yo no sabía que mi vecina o amiga hacía cosas parecidas. Todo esto nos ha ayudado para que de alguna manera hagamos una gran red de mujeres emprendedoras y tejamos nuevas redes para colaborar mutuamente dejando de lado cualquier tipo de mezquindad”, concluyó la artesana.