El programa Mujeres en Red es una iniciativa del proyecto minero Josemaría surgida como respuesta al diagnóstico de los Estudios de Línea de Base Social realizados por la empresa operadora en el período 2019-2020. Allí, se identificó a las mujeres y los jóvenes de la localidad de Iglesia como el grupo poblacional más vulnerable dentro del área de influencia del emprendimiento, y ahora la empresa busca poner manos a la obra para trabajar desde el llano esta problemática.
A partir de esta información es que Josemaría incluyó como principales beneficiarias de los planes de manejo social a las mujeres, con el objetivo de fortalecer su rol en las actividades productivas, culturales y sociales incluidas en las diferentes iniciativas que integran el Informe de Impacto Ambiental (IIA).
“Si la industria no prevé en etapa temprana una gestión de potenciales impactos para incluir a las mujeres, esto puede acarrear luego grandes efectos negativos. Por ello, Josemaría tomó la decisión de incluir dentro de sus programas de relacionamiento comunitario, en etapa temprana y durante la exploración, la perspectiva de género orientada al desarrollo y la implementación de programas que tengan por beneficiarias directas a las mujeres”, explica al respecto Soledad Méndez Parnes, coordinadora de Relaciones Comunitarias.
En su primer año de vida, la red está conformada por 48 emprendedoras de diferentes localidades del departamento de Iglesia que ofrecen tanto productos como servicios gastronómicos, estéticos y turísticos. “En cuanto a los productos, un grupo de ellas son artesanas especializadas en tejidos al telar, a dos agujas y crochet; mientras que otras se focalizan en la producción de indumentaria y accesorios, por ejemplo, para niñas y niños. Además, hay quienes se dedican a la elaboración de artesanías en cerámica”, comenta por su parte Mercedes Pagés, analista de Relaciones Comunitarias del proyecto Josemaría.
Con estos avances ya concretados, el principal desafío hacia adelante será que la red logre autosustentarse y gestionarse de forma eficiente tras un periodo de acompañamiento y apoyo por parte de Josemaría: “Para ello, es necesario no solamente que las emprendedoras profesionalicen sus emprendimientos sino, además, que desarrollen habilidades blandas vinculadas con el trabajo en equipo, el liderazgo, la colaboración y las relaciones basadas en la confianza y la empatía. Además, creemos necesario que la red trascienda las fronteras de la localidad de Iglesia y se convierta en un símbolo de lo que las mujeres pueden lograr trabajando juntas”.
Por su parte, para Cristina Ramos, emprendedora y miembro activo del programa, “no es fácil atreverse a lanzar un negocio propio estando sola y trabajar desde el hogar, con todas las limitaciones que eso implica”. Allí decanta la importancia de la red, a través de la que, según detalla, se logró motivar a las emprendedoras locales a compartir valores y experiencias de vida a la vez de haber podido mejorar la oferta de los productos y servicios. “De acá en más, buscamos seguir dando pasos en la dirección correcta para ser cada día más independientes y exitosas”.