Así lo señaló la actual vicepresidenta de la Cámara de la Minería de Salta y gerente de Relaciones Comunitarias de Pastos grandes SA, Fernanda Fraga, quien conversó sobre su trabajo en la Puna salteña, donde la compañía Lithium Americas lleva adelante un proyecto de litio de clase mundial, y las ilusiones que posee de cara a la gestión en la Cámara y el desarrollo de la minería local.
Luego de tu paso por el medio especializado Panorama Minero, tu experiencia en minería continuó con un gran desafío: el manejo de las relaciones comunitarias de un emprendimiento de litio de clase mundial. ¿Cuál es la actualidad del proyecto minero Pastos Grandes y qué se hizo en la localidad?
La empresa Proyectos Pastos Grandes fue adquirida en enero de este año por Lithium Americas y se trata de una nueva etapa que representa muchos desafíos, sobre todo para mi área en particular. Venimos de una era exitosa con Millennial Lithium en cuanto a las relaciones comunitarias. Afortunadamente logramos llevar adelante un proyecto que en la etapa exploración tuvo una aceptación tan grande que fue el primero en la provincia en poder atravesar exitosamente la Consulta Previa, Libre e Informada (CPLI) que contempla el Convenio N°169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Ese fue un hito que se dio como resultado de las buenas relaciones pero especialmente de la cercanía que tuvimos con el pueblo de Santa Rosa de los Pastos Grandes. Con el equipo de RSE vivíamos allí y eso nos permitió sentir lo que siente el poblador. Si la gente no tenía agua de calidad, nosotros tampoco. Si a ellos se les cortaban los caminos a nosotros también; si sus hijos querían hacer deportes y no podían hacerlo por inclemencias climáticas o porque los padres no contaban con el tiempo suficiente, nuestra realidad gozaba de las mismas características.
En medio de esto hicimos una obra hídrica: un pozo de agua potable para la comunidad que fue el primer pozo que tuvo el pueblo en sus 1.500 años de historia. Santa Rosa es una de las primeras localidades donde está datada la presencia del hombre de forma constante y permanente en América, sin embargo, recién en 2020 tuvieron su primer pozo de agua potable.
Yo creo que todo esto es destacable porque también tiene que ver con el gran potencial que tiene la actividad, ya que la minería está donde nadie está. Para el Estado es realmente muy difícil llegar a satisfacer las necesidades de estas comunidades tan alejadas y dispersas, pero nosotros estamos ahí. Y estando cerca pudimos conocer sus dolores y sus sueños. Uno de ellos fue el agua potable, porque la gran mayoría de las enfermedades persistentes en el pueblo eran consecuencia de beber un agua que no era de la calidad adecuada. Fue un trabajo que no hicimos solos, lo realizamos junto a Hidrotec al principio, y luego se fueron sumando otros actores como Borax Argentina, proveedores locales y la Intendencia de San Antonio de los Cobres. Esto es importante destacar porque el Estado, a nivel municipal, colaboró en lo que pudo con el proyecto, pero claramente no tenían los medios ni la infraestructura para llevar adelante una obra de tal magnitud.
La segunda obra fue de mucha mayor envergadura e implicó la inversión de casi un millón de dólares en lo que fue la creación del Centro de Integración y Negocios de Santa Rosa de los Pastos Grandes, que se inauguró en agosto de 2021 y cuenta con tres áreas: la primera destinada a oficinas y depósito de la empresa, la segunda para actividades deportivas para la población, con una cancha multimodal que se terminó convirtiendo también en un lugar de encuentro donde ellos hacen sus fiestas y reuniones. Y la tercera área, que surgió bajo la idea de ser un mercado artesanal, aunque puede generar otras oportunidades para la comunidad. El mes pasado generamos allí una sala de informática, la cual construimos en conjunto con varias empresas especializadas en el sector como Borax, Hanaq, SIC Comunicaciones y Arcade Informática. Su objetivo es ofrecer a la comunidad la posibilidad de que puedan terminar sus estudios secundarios, universitarios y terciarios a distancia, porque uno de los principales puntos que diagnosticamos es que muchas veces cuando los jóvenes se tienen que trasladar del pueblo a las ciudades sufren un desarraigo muy fuerte y no llegan a completar sus estudios.
¿Cómo se articula el trabajo social y la gestión de políticas de apoyo a las comunidades dentro de la empresa?
Una de las exigencias que tenemos las empresas en la provincia de Salta es participar de la Mesa de Trabajo Social, instaurada por resolución de la autoridad minera provincial, donde se establece la obligatoriedad de formar parte de un equipo multidisciplinario de trabajo donde nos encontramos todas las empresas que tenemos influencia en la región junto con las comunidades que allí residen. Este es uno de los grandes ejes que guían nuestras políticas y nos permiten canalizar las inquietudes y demandas sociales para después coordinar una línea de acción conjunta.
En ese sentido, estamos frente a una nueva minería. Antes las comunidades y localidades cercanas no recibían este nivel de escucha, lo que llevó a la reflexión del sector generando importante replanteos sobre cómo llevar adelante la actividad. Hoy en día tenemos dos ejes que son cada vez más centrales: el cuidado del ambiente y las relaciones comunitarias. Las comunidades son el principal foco de escucha activa, en un contexto en el que la sociedad se está volviendo más atenta a todas las aristas que componen lo que después es una industria. Se está creando una responsabilidad social genuina y las empresas mineras tenemos que trabajar mancomunadamente para fortalecer este camino.
Otra resolución importante de la Secretaría de Minería y Energía de Salta es la de los Monitoreos Sociales Participativos y Obligatorios que se realizan anualmente y que implican que se capacite y se enseñe a la comunidad cómo monitorear, cuáles son los parámetros importantes y por qué es necesario hacerlo. Luego se hace el monitoreo junto con veedores de la comunidad y se les presenta los resultados obtenidos. Por ende, cada comunidad sabe cómo están los parámetros de su tierra, sus suelos, el agua y el aire, y pueden chequear anualmente si hubo o no algún tipo de cambio. Eso nos muestra que las comunidades ya no son más un “afuera” de la empresa; ellos son los primeros guardianes del medio ambiente y de las relaciones con las empresas mineras.
Estamos en una época en donde la comunicación nos atravesó a todos y eso incluye también a la minería. Redes sociales, servicios de mensajería, ya no hay nada secreto. Yo tenía la idea, antes de relacionarme con la industria, de que las empresas mineras eran gigantes y las comunidades pequeñas; pero cuando uno se interioriza comienza a conocer la historia de los demás y la de uno mismo. Conocí gente generosa que me fue instruyendo y preparando, una multidisciplinariedad que es una riqueza extra. Tenemos que abrir la mente y aprender a conocer esta nueva minería. Somos una industria que ha aprendido de sus errores y que lleva como principales valores la inclusión y la armonía con el ambiente.
Por último, ¿cómo recibiste tu designación como vicepresidenta de la Cámara de la Minería de Salta?
Para mí fue una sorpresa y un honor la elección porque hay un legado de gente como Facundo Huidobro o Rodrigo Frías que estoy recibiendo y que me enorgullece. ¿Qué tengo para aportar en este rol? La posibilidad de comunicar, de no perder la mirada sobre lo importante: el potencial que tiene la actividad minera para la gente en el día a día. Comunidades que antes no tenían posibilidades de crecimiento hoy las tienen. Estamos generando otro futuro, y tener la posibilidad de contarlo para mí es una bendición. Yo creo que por allí va mi lugar en la Cámara, poder hablar de la actividad pero también ser la voz de la gente sencilla de las comunidades. Y ser también la voz de las mujeres, que cada vez venimos en mayor crecimiento dentro de una actividad históricamente masculinizada.