“A las mujeres interesadas en esta industria les diría que no se queden con la duda de cómo es trabajar en una mina”

Un intercambio con la ingeniera Claudia Maita, oriunda de la comunidad de San Antonio de los Cobres, en la provincia de Salta, y especialista en Recursos Naturales y Medio Ambiente. La profesional es asesora ambiental en la firma Rio Tinto, responsable en el país de la operación de litio Rincón, ubicada en el salar homónimo en pleno noroeste argentino. Claudia es, además, la primera ingeniera en su lugar natal.

¿Con qué intenciones y deseos surge tu decisión de estudiar una carrera ligada a la ingeniería y los recursos naturales?

Mi familia me enseñó a querer la naturaleza, nosotros tenemos un pequeño puesto de campo ubicado sobre la Ruta Nacional N°51, a la salida de San Antonio de los Cobres, que se llama Agua Castilla. Desde niña viví esa vida de campo rodeada de plantas y animales. Desde ese origen surge mi inspiración y elección por esta carrera. Desde pequeña sabía que quería estudiar algo que esté relacionado con la naturaleza.

¿Qué significó esta elección de vida para tu familia?

Mi familia está compuesta sólo por mujeres, así que hubo desde los inicios un apoyo mutuo que nos llevó a buscar siempre estar mejor e ir tirando juntas entre todas. Debo confesar que yo no quería irme lejos, pero mi madre sabía que era lo mejor para mí y ella me llevó a la ciudad de Salta para que estudiara.

Mi abuela y mi bisabuela no entiendan mucho del mundo del estudio, ellas no tuvieron la posibilidad de formarse, solo hicieron el primer grado de educación inicial simplemente para saber contar y escribir sus nombres: recuerdo que para mi bisabuela materna era muy sorprendente el hecho de que supiera leer cuando era niña. Ellas y mi madre confiaron en mí desde el primer día y su apoyo fue incondicional, a su manera y a sus posibilidades.

Luego llegó la oportunidad laboral. ¿Cómo resultó todo el proceso?

Cuando inicié la etapa de trabajar en mi tesis de grado para recibirme no sabía muy bien qué tema desarrollar. Lo que sí sabía es que quería hacerlo en mi pueblo, por lo que analicé los problemas ambientales de mi comunidad y luego me presenté ante el intendente municipal de San Antonio de los Cobres -en ese momento la máxima autoridad era Leopoldo Salva- para darle a conocer mis intenciones de trabajar en la comunidad cuestiones ambientales. Fui muy bien recibida por él y me apoyó para que avance con las tareas. Finalmente desarrollé mi trabajo de tesis y la denominé “Buenas Prácticas Ambientales Asociadas a la Implementación del Plan de Residuos Sólidos Urbanos en San Antonio de los Cobres”. Posterior a esto, y con el inicio de un nuevo grupo de legisladores municipales, me propusieron trabajar como funcionaria de gobierno a cargo del área ambiental. Entre mis obligaciones se encontraba la inspección a proyectos mineros ubicados en la jurisdicción del municipio. Así conocí la actividad minera y quedé muy fascinada por los trabajos desarrollados en los proyectos. Decidí que quería ser una Mujer Minera y finalmente fui contratada por Rio Tinto Proyecto Rincón, en la provincia de Salta, para trabajar en el Departamento de Medio Ambiente.

¿Cuáles son los aspectos que te resultan más significativos y desafiantes en tu carrera y actividad diaria?

Lo más desafiante y lo que más anhelo para mi entorno es que conozcamos y entendamos que somos parte de un sistema y de un equilibrio, que necesitamos de la naturaleza para satisfacer todas nuestras necesidades y que todas nuestras acciones tienen cierto impacto en el medio ambiente. Desde ese reconocimiento tenemos que accionar, conservar y restaurar en conjunto nuestro ambiente, no como una obligación sino como una necesidad de estar mejor. No se trata de salvar el planeta sino de salvar a la especie humana. Cuando uno conoce, quiere y cuida. Es clave contar con esta información.

En territorios mineros, muchas mujeres tienen dudas sobre el trabajo en la mina dadas las condiciones de base que tiene esta industria. ¿Qué mensaje podrías compartir con ellas?

Les recomendaría que se animen a trabajar en una mina, que conozcan cómo es este trabajo. Puede que les guste y puede que no, pero considero que es mejor vivir la experiencia a quedarse con una duda para siempre. Los proyectos mineros históricamente fueron trabajados por personal masculino, pero no implica que eso no pueda cambiar y que no esté cambiando. Es más, lo veo como un desafío y una oportunidad para crecer juntos y mejorar como industria en múltiples niveles. Es un proceso que se va a ir consolidando y ya hay casos como el mío y otros más que son una fiel muestra de que los tiempos cambian y nuevas oportunidades surgen.