La complicada situación de la economía global sirve para reinterpretar la forma de vincularse con las distintas industrias capaces de generar nuevas fuentes de empleo e ingresos genuinos para el país. Profundizar el desarrollo minero sustentable en Argentina podría mejorar la calidad de vida de la mujer y formar nuevas profesionales en carreras que trascienden la propia actividad minera.
Cuando una crisis como la actual acecha, los sectores más vulnerables tienden a sufrir con mayor rudeza sus efectos, enfrentándose a inclemencias de muy variada índole y un deterioro en la vida económica, profesional, laboral, social y sanitaria.
La situación se profundiza todavía más en el caso de las mujeres, relegadas generalmente a tareas del hogar o actividades mal remuneradas, cargando con las consecuencias de una desigualdad cultural e histórica y un menor radio de acción para poder sustentar sus vidas. Especialmente en regiones con menores recursos, la posibilidad de profesionalizarse y obtener la libertad económica resulta una meta por demás dificultosa ya que no están igualadas las condiciones de base.
Como señala ONU Mujeres, “en tiempos de crisis, cuando los recursos escasean y la capacidad institucional se ve limitada, las mujeres y las niñas se enfrentan a repercusiones desproporcionadas con consecuencias de gran alcance que no hacen más que agravarse en contextos de fragilidad, conflicto y emergencia”. En este sentido, y ante la incertidumbre mundial y un contexto también crítico desde lo local, es necesario fortalecer las redes de contención y continuar apuntalando la inclusión femenina a través de leyes y consensos que impidan un retroceso en materia de derechos adquiridos.
Aunque no es el único factor, gran parte del debate sobre cómo enfrentar este estado crítico a nivel planetario tiene que ver con lo económico y la discusión acerca de qué actividades productivas incorporar y cuáles dejar atrás.
En consideración de esto, y contemplando las crecientes preocupaciones a nivel ambiental, es posible observar en la minería una industria aliada para colaborar al crecimiento en infraestructura, contratación de mano de obra local y desarrollo de proveedores y de profesionales en las localidades más inhóspitas del país. Regiones donde muchas veces no existen otras alternativas económicas y donde el desarraigo y la emigración suelen ser la principal alternativa de los habitantes en la búsqueda de un futuro mejor.
Actualmente, Argentina no ha logrado poner en marcha todo su potencial minero y cuenta con zonas inexploradas que podrían albergar depósitos de clase mundial. Aun así, y con sólo 18 proyectos en producción, la minería emplea en el país a más de 35.000 personas de forma directa y es uno de los principales complejos exportadores. ¿Qué podría suceder entonces si se dinamizan los más de 100 proyectos en cartera?
Como es visible, la actividad minera podría servir como puente para mejorar los cimientos del país no sólo desde un enfoque meramente económico, sino también desde una perspectiva más amplia en la cual es posible generar valor, formar a los jóvenes en carreras técnicas, sumar trabajo digno y, sobre todo, promover una sólida identidad local con más mujeres participando activamente en esta industria.