Cada 28 de abril se celebra el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, una fecha que alerta sobre la importancia de crear ambientes laborales que aseguren el bienestar de las personas. En el contexto de la minería, esta celebración cobra vital relevancia ya que se trata de un sector que, para funcionar correctamente, precisa del cumplimiento de los más altos estándares de operación.
Si bien en los últimos años se han implementado medidas para mejorar las condiciones laborales y reducir los accidentes en la industria minera, la protección de todas las personas que trabajan en este sector sigue siendo uno de los desafíos centrales a la hora de garantizar una operatividad sostenible.
Resulta fundamental que la industria continúe en la línea de adoptar políticas y programas que trabajen sobre la seguridad de las y los trabajadores, adecuando la actividad a protocolos e instrumentos validados internacionalmente e incorporando estrategias que permitan mitigar los riesgos y actuar de forma anticipada ante escenarios críticos. Esto se logra con un esfuerzo multidisciplinario, pero también destinando inversiones estratégicas en este tipo de sectores, fortaleciendo la innovación y combinando recursos humanos, evidencia, ciencia y tecnología.
En este Día de la Seguridad y Salud en el Trabajo, es importante recordar la necesidad de proteger a todas las personas que trabajan en la industria minera, reconociendo a su vez que en el caso de las mujeres también deben considerarse las desigualdades de género existentes como parte del espectro de factores que afectan su calidad de vida o el correcto desempeño en una mina. La igualdad de género en el ámbito laboral es así una pieza fundamental para garantizar el bienestar de todos los trabajadores y asegurar la sostenibilidad de la industria minera en el largo plazo.
Una minería segura, plural y eficiente es crucial para garantizar el progreso de la humanidad. Además de producir los minerales necesarios para el desarrollo del planeta, el rol de la industria es ser un agente de transformación para las comunidades y los trabajadores que son, en definitiva, quienes conviven de forma directa con el día a día de la actividad.