Con desafíos por delante, la industria minera está motorizando grandes esfuerzos para avanzar en la diversidad y la inclusión. Dejando atrás una identidad tradicionalmente arraigada a la noción de masculinidad, son mayúsculos los cambios de paradigma que se han gestado en los últimos años en torno a la conformación de los equipos de trabajo, la integración de minorías y la gestión de nuevas dinámicas de relacionamiento.
Por Women in Mining Argentina
Esta tendencia refleja una nueva mentalidad, respaldada a través de iniciativas tanto de los actores del ámbito público como los privados, que busca garantizar la posibilidad de acceso para todos los interesados en la industria, reconociendo el valor único que cada individuo puede aportar al sector y respetando, por sobre todas las cosas, su identidad y elección de vida.
Esta búsqueda por la integración se ha convertido en una prioridad para la actividad minera, reconociendo que la diversidad de perspectivas y experiencias fomenta la innovación y el crecimiento, a la vez que garantiza un entorno más propicio y armónico para el desarrollo minero y el de los trabajadores.
En lugar de trabajar desde el prejuicio, se está promoviendo un entorno laboral que valora el aporte de cada persona independientemente de su género, orientación sexual o identidad, seleccionando la mejor evidencia y los mejores programas disponibles a la hora de elaborar los planes de acción. Esta apertura a nuevas voces y miradas permite abordar los desafíos de manera transversal y efectiva, pudiendo encontrar soluciones creativas a problemáticas que, durante muchos años, limitaron la presencia de mujeres y minorías en la industria.
En este Mes Internacional del Orgullo, es especialmente relevante celebrar la presencia de la comunidad LGBTQIA+ en el sector minero, y garantizar el respeto del prójimo como un pilar central para consolidar la minería sostenible que anhelamos. Reconocer a cada trabajador y trabajadora es esencial para fomentar una cultura de inclusión, y aquí las empresas e instituciones tienen una desafiante tarea para garantizar entornos seguros, libres de violencia y discriminación, donde todos los empleados puedan ser reconocidos, valorados y respetados.
Asimismo, la colaboración entre gobiernos, empresas mineras, proveedores, sindicatos y organizaciones de la sociedad civil es trascendental para garantizar que se implementen políticas inclusivas y se promueva la pluralidad de voces en toda la industria. Esta colaboración puede ayudar a establecer estándares de trabajo respetuosos y a construir un sector minero más equitativo, instrumentando acciones y protocolos que sirvan de guía para quienes trabajan en el sector.
La minería verdaderamente inclusiva es un objetivo alcanzable y necesario. Al celebrar el Mes Internacional del Orgullo, debemos reconocer los avances logrados en términos de igualdad de acceso, respeto a la diversidad y conformación de equipos heterogéneos. Sin embargo, también es necesario tener presente que hay mucho por hacer hacia futuro. Es responsabilidad de todos, desde líderes empresariales hasta trabajadores, seguir promoviendo entornos laborales que valoren y respeten a todas las personas por igual.
Si mantenemos vivo el esfuerzo, podremos seguir haciendo del sector una actividad mucho más equitativa en la que todos y todas deseen ser parte. Sigamos trabajando como hasta hoy para poder lograrlo.