“Nunca sentí que hubiese que forzar la participación femenina en el ámbito académico, se dio gradual y naturalmente”

En una nueva entrega de la sección sobre educación realizada junto a la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de San Juan, conversamos con la Dra. Laura Perucca*, una profesional con pasado y presente minero que cuenta a sus espaldas con un amplio conocimiento técnico ligado a la actividad. Su relato sirve de influencia para animar a jóvenes estudiantes a convertirse en científicas y ser parte de una industria como la minera: “En la formación de investigadores, la paridad de género es muy clara tanto en lo que se refiere al acceso a becas, ingresos a carreras o promociones en organismos como CONICET. En minería particularmente, hay que destacar la capacidad y el recorrido que han realizado las mujeres en los últimos 20 años”.

En paralelo a tu actividad profesional, existe una historia familiar cercana a la minería. ¿Cuáles son los cambios más significativos que has experimentado a partir de esa experiencia y cómo ha cambiado la dinámica de participación femenina en los últimos tiempos?

Si bien en casa no se hablaba mucho del tema, creo que el tener un padre ingeniero geólogo y hermanos ingenieros de minas contribuyó indirectamente a mi elección de la carrera. De todos modos, probablemente quien más influyó en mi vocación fue mi abuelo paterno ya que cuando viajábamos a Rafaela, en Santa Fe, para visitarlo durante las fiestas de fin de año, él me mostraba su colección de minerales y rocas recolectados por mi padre durante sus campañas de campo. Es probable que lleve esa pasión por las montañas un poco en el ADN, tengo además una hija geóloga.

En la década del 80, cuando cursaba la licenciatura en Ciencias Geológicas, recién empezaba a verse un cambio de paradigma con respecto a la participación de las mujeres en temas geológico-mineros. Por ejemplo, mi promoción fue la primera en la que las mujeres éramos casi el 50 % del total de la nómina de estudiantes de geología. Sin embargo, en esa época aún no se nos permitía ingresar a las minas subterráneas y las prácticas de verano en temáticas mineras eran generalmente ocupadas por hombres. No obstante, algunas nos dedicamos a la minería en distintas áreas al egresar de la carrera, participando en estudios de base o en exploración, siendo todavía desproporcionada la cantidad de hombres versus la de mujeres. Afortunadamente esta tendencia se va revirtiendo gradualmente en las empresas y vemos cómo se desempeñan cada día más geólogas en distintos proyectos y operaciones.

Pienso que la gran demanda de las empresas por profesionales de la carrera, sumado al aumento de la población femenina en geología, fue lo que forzó un poco el acceso de las mujeres a las mineras. Por otro lado, las que fueron punta de lanza demostraron su capacidad y se desempeñaron con solidez, derribando el mito por entonces vigente de que la mujer no podía trabajar en campo y dejar su casa y su familia para dedicarse a la actividad. Tengo colegas mujeres de mi generación que han dedicado toda su vida a la actividad minera con gran fortaleza y vocación. Es un ejemplo para las próximas generaciones.

¿Cómo se llega a ocupar un cargo como el de directora del Instituto de Investigaciones Geológicas (INGEO) de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, dependiente de la UNSJ? ¿Cuál es la relación de este instituto con la actividad minera?

He trabajado en el INGEO desde mi beca doctoral de CONICET a principios de los 90’, beca posdoctoral y ya como investigadora en el Gabinete de Neotectónica y Geomorfología, desde el cual realicé numerosos estudios para empresas mineras y constructoras principalmente referidos a peligros geológicos y geomorfológicos (e.g. evaluaciones del peligro sísmico, procesos de remoción en masa, estudios glaciales). Algunos se efectuaron de manera privada, otros a través de la UNSJ y/o CONICET, y también en conjunto con el Instituto de Investigaciones Antisísmicas de la Facultad de Ingeniería.

En el año 2019 rendí el concurso para la dirección del INGEO y ocupo desde junio de ese año la dirección del instituto, por un lapso de 5 años aproximadamente. En el INGEO se realizan desde hace ya muchos años diversos servicios para empresas mineras, por ejemplo, desde el Laboratorio de Petrotomía se confeccionan cortes delgados, pulidos, entre otros. Además, estos cortes se estudian en el Gabinete de Petrología y Mineralogía también perteneciente al INGEO. También se prestan servicios ambientales (desde el Gabinete de Geología Ambiental), de rescates paleontológicos (Gabinete de Estratigrafía) y estudios estructurales, neotectónicos y geomorfológicos desde el Gabinete de Neotectónica y Geomorfología. La idea es que en los próximos años estas actividades se incrementen de manera exponencial a fin de integrar las instituciones públicas y privadas, contribuyendo además con la permanente formación de recursos humanos principalmente de grado y posgrado. Ese es mi desafío para los próximos años y en ese camino ya hemos firmado varios convenios y actas complementarias entre la UNSJ y el INGEO con empresas privadas.

En términos estadísticos, ¿qué porcentaje de mujeres se desempeñan en el INGEO? ¿Qué acciones promueven para incentivar la participación femenina tanto de alumnas como de graduadas en proyectos de investigación o en trabajos de transferencia de tecnología?

En estos momentos existe paridad de género en el instituto y con total naturalidad participan hombres y mujeres en las distintas tareas y proyectos de investigación. Nunca sentí que hubiese que forzar la participación femenina ya que en el ámbito de la Universidad y el CONICET se dio gradual y naturalmente. Al menos eso es lo que yo viví desde mi ingreso como investigadora y docente a la unidad.

Los distintos gabinetes que conforman el INGEO han tenido como responsables indistintamente mujeres y hombres, y el criterio de selección para esta función es actualmente por votación de los integrantes de cada uno de ellos. De esa manera se constituye el Consejo del INGEO.

Por mi parte, participé como integrante becario primero y como director después, de numerosos proyectos de investigación de AGENCIA, CONICET, UNESCO, OEA y CICITCA, todo ello sin tener que revisar jamás la cuestión de género ya que siempre han participado de esos proyectos alumnos, becarios e investigadores de ambos sexos. Nunca sentí que el género fuera relevante, como sí lo es trabajar con honestidad, eficiencia y eficacia en este tipo de actividades profesionales.

En el caso de Argentina, ¿se ofrecen las condiciones adecuadas para fomentar el desarrollo de investigadores en general y de investigadoras en particular? ¿Qué se podría mejorar al respecto?

Justamente en la formación de investigadores la paridad de género es muy clara tanto en lo que se refiere a la universidad, al acceso a becas, ingresos a carreras y promociones de CONICET, así como en la presentación de proyectos de investigación financiados por el Estado. Seguramente todavía hay mucho por mejorar, pero se avanza día a día al respecto. Creo que debemos ir hacia una evolución natural, sin forzar las cosas por obligación. No me gustaría saber que lo que logramos fue por imposición y no porque lo merecíamos por nuestra capacidad. Lo que sí es fundamental es que se garantice la igualdad de oportunidades.

Por suerte la gente joven lo acepta con más naturalidad y poco a poco se van terminando los viejos mandatos respecto a las profesiones destinadas a mujeres y hombres. El proceso podrá ser lento pero es continuo y no creo que haya marcha atrás con los derechos adquiridos. En adición, creo que el cambio también depende de los formadores de opinión, de los docentes y del entorno familiar, de la labor de madres y padres.

Creo que las mujeres hemos recorrido un largo camino en estos últimos 20 años. De no poder ingresar a las minas ni tener acceso a proyectos mineros -que por otra parte eran escasos en el país-, hasta participar de la exploración y explotación minera en la actualidad. Aún falta mucho por hacer, sobre todo en lo que respecta a ocupar puestos directivos (principalmente en el ámbito privado). De todas formas, nunca me gustó que se den las cosas por la fuerza, simplemente por una cuestión de género. Creo simplemente debemos tener, reitero, igualdad de oportunidades. Sin privilegios, pero sin tampoco sufrir discriminación como en el pasado. Como las generaciones que vienen ya tienen mucho más claro todo esto, debería ser para ellas más sencillo de lo que fue para nosotras hace 30 años.

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*Laura P. Perucca es Dra. en Ciencias Geológicas, docente por más de 30 años en el Departamento Geología de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (FCEFyN), dependiente de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ). Es Investigadora Principal de CONICET, Directora del Instituto de Geología Emiliano P. Aparicio de la FCEFyN – UNSJ; miembro de la Asociación Geológica Argentina y de la Asociación Argentina de Cuaternario y Geomorfología.