Junto a su hermana, Romina Illanes, comanda la compañía FEyRO, que brinda distintos servicios para Veladero. El apoyo de sus padres, el desafío de trabajar en un sector ligado históricamente a los hombres y la perseverancia de una profesional que creció a la par de su pueblo
Vía Infobae
Cuando iba a la escuela, Romina Illanes nunca se imaginaba que la minería atravesaría por completo su vida y la de Iglesia, el departamento de San Juan en el que se crió y donde continúa residiendo en la actualidad. Junto a su hermana, Fernanda, tienen el orgullo de decir que son dos emprendedoras que trabajan para esta industria.
Todo comenzó cuando Veladero se instaló en la zona, allá por el año 2000. En aquel momento ella no veía muchas oportunidades para las mujeres. Sin embargo, con el correr del tiempo, notó que era un lugar en el que podía tener un espacio para desarrollarse.
“Empecé a los 20 años trabajando en una compañía que tercerizaba un servicio para la minería”, afirma Romina. La experiencia le cambió completamente su cabeza: decidió formar su propia empresa, por más lejano que pareciera su sueño en ese momento.
Y así fue como en 2016 comenzó aquel desafío de emprender en el mundo de la minería. Al año siguiente ya estaba trabajando como proveedora para Veladero, aunque el camino no fue simple al principio: fue necesario doblegar los esfuerzos en pos de que el negocio fuera rentable.
Cuando las papas quemaban, Romina destaca el rol que tuvo su hermana Fernanda para ordenar toda la parte financiera, así como la colaboración que recibió por parte de la oficina que la minera posee en Iglesia: allí pudo asesorarse y descubrir en qué rubros podía involucrarse.
“Nos sentamos, lo hablamos, lo lloramos, lo rezamos y también conversamos mucho de esto con mis padres, porque detrás de esto hay una familia: detrás de nosotras hay una historia”, menciona Romina.
Un aspecto no menor de FEyRO tiene que ver con que, además de las hermanas que la fundaron, las distintas áreas de la empresa están lideradas por mujeres, lo cual demuestra que el empoderamiento femenino también se ve reflejado en la minería.
No obstante, la compañía también cuenta con personal masculino que realiza distintos tipos de tareas en Veladero, como son los casos de Christian Herrada y Juan Pablo Muñoz, quienes remarcan la excelente relación que poseen con las líderes de la empresa y valoran la oportunidad que les dieron para desempeñarse en una industria tan grande y vivir una experiencia hermosa, de la que aprende todos los días.
El agradecimiento que posee Romina hacia la minería no solo está vinculado con las oportunidades que le dio ese sector en el plano laboral: también resalta el crecimiento que trajo para su pueblo. “Toda mi infancia fue acá, cuando las calles eran de tierra, y todos los avances que se dieron hoy los puedo disfrutar”, indica.
La emprendedora explica que la llegada de Veladero ha tenido un impacto directo en el desarrollo del lugar: sus recursos fueron vitales para la mejora del sistema educativo y el de salud, la creación de nuevas empresas locales, la pavimentación en la vía pública y la incorporación de plantas potabilizadoras, entre otros hechos.
Además de valorar el crecimiento que han tenido tanto FEyRO como su Iglesia natal, Romina hace hincapié en las posibilidades que existen actualmente para el empleo femenino en un sector que hace un tiempo parecía territorio solo de hombres.
“Trabajar en minería, como mujer, representa un desafío, pero no es imposible; yo soy parte de eso”, afirma Romina. Así como ella, existen muchas profesionales desempeñándose de forma directa o indirecta para Veladero en distintas áreas.
Para Romina, la clave está en la perseverancia. Aquella que tuvo cuando dio sus primeros pasos como emprendedora, que la acompañó en los momentos más difíciles y que continúa demostrando actualmente al frente de una compañía en una industria que, cuando era pequeña y caminaba las calles de tierra de Iglesia, jamás pensaba que iba a atravesar tanto su vida.