“Tenía el sueño de ser científica y lo logré”

Por WiM Argentina con el apoyo de la Facultad de Ingeniería de la Universidad  Nacional de San Juan (UNSJ)

Vanesa Lucia Bazán Brizuela, doctora en Ciencias de la Ingeniería con mención en Metalurgia Extractiva e ingeniería química, alcanzó el puesto de jefa de Laboratorio Químico del Instituto de Investigaciones Mineras en UNSJ y es directora del Departamento de Postgrado de la Facultad de Ingeniería. En la siguiente entrevista, nos cuenta más de su sólida actividad profesional y la importancia de no abandonar aquello que se ama: “En todo ámbito, no hay que permitir que otras personas se burlen de nuestras metas más profundas, hay que intentar seguir adelante, buscar alternativas, es posible llegar a la meta deseada”.

¿Qué detalle posee tu actividad como profesional y cómo se combina con tu vida personal?

Desde el año 2008 soy Investigadora del CONICET y actualmente dirijo un grupo de incipientes investigadores abocados a las diferentes problemáticas de las tecnologías verdes de la minería.

He desarrollado diferentes tareas en el área de docencia, investigación y gestión dentro de la universidad, y pertenezco a redes de metalurgia de países latinoamericanos, los cuales se ven reflejados en intercambios con universidades tanto nacionales como internacionales. En paralelo, soy autora de dos libros referidos al procesamiento a altas temperaturas y de diferentes investigaciones a nivel nacional e internacional en revistas con referato.

Conjuntamente con estas actividades académicas y del ámbito investigativo, van de la mano aquellas muy importantes como la del ser mamá de una nena de 11 años, acompañándola en todo momento en su trayectoria de vida. Así también, trato de dedicar tiempo para el bienestar y la salud, que en algunos momentos se ha visto fuertemente deteriorada.  Siempre con el objetivo de seguir adelante con la práctica de algunas rutinas de gimnasio y recomendaciones médicas; como se dice, “mens sana in corpore sano”.

Como investigadora del Instituto de Investigaciones Mineras (IIM) de la Facultad de Ingeniería (FI), UNSJ y del CONICET, ¿cuál es tu opinión con respecto al rol de la mujer en la ciencia e investigación y más específicamente en su relación con la actividad minera?

Como investigadora del área de minería me siento orgullosa del camino realizado y obtenido hasta el momento dentro de mi país, así como en otros países en donde he podido perfeccionarme y también dictar cursos de la temática en la que soy especialista.

En Chile tuve la oportunidad de ser la primera mujer que ingresaba a una fundidora ubicada en la localidad de Chagres como ingeniería en Desarrollo e Investigación; fue un desafío importante ya que no estaban acostumbrados a ver mujeres dentro del procesamiento de altas temperaturas. Fue un reto llegar, hacerme un lugar y ganar el reconocimiento que me fue dado en ese momento.

Con respecto a la permanencia del CONICET, al principio fue muy difícil ya que dentro de la institución no había personas en carrera y fue abrir un camino en el cual estamos en pleno crecimiento creando un grupo incipiente de jóvenes investigadores. A mi forma de ver, esto tiene un futuro muy prometedor debido al gran empuje del equipo, con el que me siento totalmente apoyada y respetada.

Estudiaste en la UNSJ y tuviste la oportunidad de realizar tu posgrado en Chile, ¿notaste alguna diferencia en la participación femenina en ambos países? ¿Cuáles fueron esas diferencias?

En ambos países el cupo femenino en esta área, ya sea de minería o de metalurgia, es menor con respecto al género masculino. En ambos casos me he sentido aceptada por mis colegas e incluida en las mismas tareas y desafíos planteados.

Mi opinión se basa en que las capacidades y el intelecto pueden sortear cualquier obstáculo, del menor hasta al mayor. Si bien en Chile el ámbito es más duro con respecto a la participación de la mujer y por lo tanto cuesta la inclusión de la misma en un entorno por años gobernada por el sexo masculino, en mi humilde parecer yo fui aceptada como un par más, sin mayor inconveniente. Actualmente sigo siendo invitada para colaborar pese a trabajar en Argentina, y el respeto que se ha logrado con mis pares chilenos es de total reconocimiento.

¿Cuáles son tus responsabilidades en los diversos cargos tanto en la UNSJ como en CONICET? ¿Cómo es posible incentivar desde esos puestos la participación femenina en las llamadas “ciencias duras”?

Dentro mi puesto como jefe de Laboratorio del Instituto así también como investigadora en CONICET, mi sugerencia para todas aquellas personas que puedan dedicarse a la investigación toma una frase de nuestro querido Albert Einstein: “Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad, y la energía atómica: la voluntad”. Por tal motivo, creo que todas aquellas personas que se fijan un objetivo de vida, por más obstáculos que se presenten, con voluntad pueden sortearlo y llegar a concretar aquello que anhelan. No es fácil el camino, seguramente que no, pero las satisfacciones personales valen la pena.

Como directora del Departamento de Posgrado de la Facultad de  Ingeniería en UNSJ, ¿qué indican las estadísticas sobre la participación de la mujer en las carreras que se imparten y en particular las vinculadas con la minería?

Si bien en la carrera de grado de Ingeniería de Minas y Metalurgia predomina el género masculino, la formación de posgrado lleva a ser más llamativa esta temática en las mujeres, ya que nuestro plantel de egresados en los últimos años ha reflejado este cambio de enfoque profundamente, permitiendo así que tanto hombres y mujeres puedan formarse en distintas áreas de posgrados como cursos de especialización, maestrías y doctorados. Aspiramos prontamente a tener más ofertas educativas en la temática de minería para seguir formando profesionales y seguir brindando este servicio a la comunidad universitaria.

Tomando en consideración tu importante experiencia como investigadora, ¿creés que Argentina está preparada en términos educativos y de capacitación para hacer frente a los nuevos desafíos tecnológicos?

Creo que el fuerte que tienen nuestros investigadores es el ingenio, que es admirable, resolutivo y eficaz. Confío plenamente que nuestras capacidades pueden llegar a enfrentar cualquier tipo de desafío aunque no nos encontremos con las mismas posibilidades tecnológicas de otros países desarrollados.

Hemos demostrado en diferentes circunstancias que podemos sortear problemas y llegar a soluciones brillantes con pocos elementos debido al ingenio que tienen nuestros investigadores.

Sin embargo, están en desventaja por encontrarse con menores desarrollos, equipamientos e infraestructura. Esto se vuelve un factor limitante para el desarrollo total del sistema científico de nuestro país, además de señalar que los incentivos a los científicos se ven cada vez menos reconocidos.

Considero en este sentido que las instituciones gubernamentales deberían apoyar con mayor énfasis el desarrollo de tecnología, el apoyo en equipamiento, y sobre todo el incentivo a aquellos científicos que hemos decidido quedarnos en nuestro país y aportar el conocimiento al servicio del crecimiento de Argentina.