Sonia Delgado es abogada y desde hace tres meses ocupa el cargo de vicepresidenta en Golden Mining, una empresa local que explora, con capitales australianos, el emblemático proyecto aurífero Hualilán, localizado en la provincia de San Juan. Amante de aprender y trabajar en equipo, vive con entusiasmo el agitado día a día que propone su nuevo cargo y la responsabilidad de tomar decisiones asertivas en un emprendimiento con sólidas proyecciones de crecimiento.
Por Flavia Seva
Socia Fundadora y Editora, Huella Minera
“Estoy ocupando un lugar de toma de decisiones constante, desde lo más chico a lo más importante, y me reconforta como mujer porque veo cómo vamos ganando más espacios de estas características”, apunta Delgado. En la actual empresa lleva adelante reuniones semanales con cada área, no solamente para planificar y estar al tanto de todo lo que pasa, sino también para aportar ideas y brindar su impronta a un proyecto que busca ampliar las oportunidades de los sanjuaninos.
Sonia atribuye su vocación por las leyes a la crianza que le dio su padre, “quien solía poner la vara de la exigencia más alta para las mujeres que para los varones”. Para esa época Sonia actuaba de abogada y defendía a su hermana mayor de las injusticias paternales que, poco a poco, comenzaba a identificar como parte de un mundo marcadamente machista. Un día, ya más grande, decidió inclinarse por la abogacía y se marchó a la provincia de Corrientes, donde cursó sus estudios y materializó, título en mano, aquellos escenarios de su infancia.
Hoy su día comienza a las 06:00 a.m, aunque no hay horario ni de inicio ni de cierre. Al ser parte de una empresa de alcance internacional con base en Australia, se cruzan los horarios de los distintos directivos y “suele ser necesario responder a urgencias fuera de hora, propias de este tipo de funciones”. Según comenta, “los horarios son variados y es necesario combinar las agendas tanto de los representantes de Argentina como de Australia y Estados Unidos”. “Todo el board de Challenger Exploration está en Australia y el director ejecutivo, Sergio Rotondo, vive en Nueva York. Esto nos lleva a tener un ritmo bastante vertiginoso”.
Protagonista en la gestión de un emblemático proyecto minero ubicado en la provincia cuyana, a 120 km de la capital, afirma que se siente sanjuanina por adopción y que quiere aprender en este nuevo puesto “porque la vida es un aprendizaje constante y, estrictamente en lo profesional, cada cargo ocupado es una valiosa experiencia de intercambio y una posibilidad de transformación, propia y de los demás”.
“Trabajar con otras personas te convierte en mejor ser humano, vas elaborando la empatía y viendo la compatibilidad que hay entre hombres y mujeres. Mi caso lo tomo como un reconocimiento al aporte que todas nosotras podemos hacer en un sector como este. Desde el ejercicio de mi profesión he trabajado siempre en el sector público siendo funcionaria en varias áreas de Gobierno; con empresas privadas también, pero nunca en un cargo como este, que se vuelve un desafío mayor por ser mujer en un ámbito donde no abundan”, comenta Delgado.
“Sabemos que el ambiente minero se está aggiornando y no es por un tema de suerte, sino por la lucha y el trabajo de tantas mujeres que nos llevó a estar acá. En mi caso, estoy concentrada en lo que estoy haciendo porque quiero que las cosas salgan bien, que tiendan a la excelencia. No somos tantas en altos cargos ejecutivos y, desde ese lugar, creo que es posible hacer algo para nuestro crecimiento y empoderamiento. Hoy en día no hay techo para nadie y hay una industria receptiva a las mujeres”. Consultada sobre las nuevas dinámicas laborales en minería, opina que no se puede manejar una compañía desde lo singular sino en equipo, aprovechando las diferencias y el valor de cada uno orientado al bien común. En ese sentido, muchas veces sirve más escuchar que hablar: “Me fascina estar rodeada de personas inteligentes que tienen otro tipo de conocimientos, prestar atención a lo que tienen para decir, interpretar otras realidades, es realmente enriquecedor. Yo creo que hombres y mujeres somos el complemento perfecto y no tenemos que buscar parecernos o ser iguales, cuando nos complementamos logramos formar un excelente equipo y esa es la única fórmula para crecer”, concluye la letrada, siempre con un mate en la mano como su fiel compañía.