En una nueva edición de la iniciativa de fomento a emprendedoras organizada por WiM Argentina, la Lic. Adriana Luna presenta el proyecto “Calcita”, un original negocio de joyería artesanal cuyas piezas son elaboradas con minerales representativos de distintas regiones del país y especialmente de su San Juan natal. El emprendimiento comenzó con impronta hogareña, por herencia familiar, pero en 2016 y a partir de un programa estímulo de la cartera minera provincial, Adriana logró mejorar la oferta y escala de sus productos.
Detrás de “Calcita” hay una historia ligada a las rocas y la minería. ¿Nos podés contar un poco más de tu experiencia de vida?
La geología y este proyecto de fabricación de artesanías con minerales semipreciosos y rocas de aplicación me siguen desde joven. Soy geóloga, estudié en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de San Juan y aún sigo formándome porque considero que la capacitación es indispensable para seguir creciendo personal y profesionalmente.
Por otro lado, adquirí el arte de la joyería principalmente por herencia de mi padre, quien me inculcó su amor por la fabricación de bijouterie y a quien solía ver en sus horas libres realizando trabajos con piedras y transformando la materia prima en joyas. Luego, al entrar a la facultad me topé con la materia Mineralogía y me interesé todavía más en los minerales y en todo lo que es el trabajo con piedras semipreciosas. Esos son los orígenes que derivaron en lo que soy hoy y lo que hago: una combinación de estos dos mundos; una geóloga que también es artesana y a la vez cumple horario en su oficina laboral.
Como señalás, también trabajás en el Ministerio de Minería de San Juan y seguís capacitándote en carreras afines. ¿Cómo se dio este proceso?
En 2018, época en la cual ya me conocían desde el Ministerio a causa de mi emprendimiento, fui convocada por el entonces ministro Hensel para formar parte del equipo aprovechando mi experiencia como geóloga. Actualmente soy evaluadora de Informes de Impacto Ambiental y en paralelo estoy realizando un Doctorado en Ingeniería en Procesamiento de Minerales luego de haber terminado también una Diplomatura en Minería y Sustentabilidad a la que accedí a través del Fondo Especial para el Desarrollo Minero creado por la provincia. La minería está muy presente en mi vida e incluso a partir de las maquinarias que utilizo para mi proyecto ofrezco también una serie de servicios geológicos a empresas mineras o investigadores, como en el caso de CONICET, generando muestras petrográficas para ser analizadas en microscopio.
¿Cómo nace “Calcita” y cómo evolucionó este emprendimiento con el tiempo?
Calcita es el nombre de fantasía de un proyecto que surgió antes de 2016 y que forma parte de un recorrido inclinado a la elaboración de diseños con piedras semipreciosas y productos de bijouterie, todo ello bajo la dirección de mi padre. Se trata de un negocio que empezó como un hobbie de él que luego continué y al que le adjudiqué el nombre “Calcita” porque es el mineral más representativo de la provincia de San Juan. En este sentido, cada creación lleva consigo una descripción del mineral que la compone y de dónde es extraído, en una idea mancomunada junto con los ministerios de Turismo y Minería. Creo que es una bonita forma de dar a conocer la belleza de los minerales sanjuaninos.
El proyecto pudo hacerse todavía más viable luego de resultar ganadora de un subsidio para emprendedores otorgado por el Ministerio de Minería en 2016. Esto nos permitió empezar a pensar en una escala más industrial ya que en un principio la concepción del proyecto era más que todo artesanal y con un espectro bastante más reducido. Con la convocatoria del Ministerio y tras resultar en una de las 64 ganadoras de una línea de crédito empezamos a pensar más en grande y tuvimos detrás el asesoramiento de la cartera minera provincial para ver cuán viable era poner Calcita en marcha. Inicialmente trabajaba con maquinaria muy primaria; mi padre cortaba la piedra, la reducía en tamaño y luego yo la trabajaba y pulía a mano. Toda esta dinámica cambió tiempo más tarde a medida que pudimos adquirir nuevas máquinas y empezar a pensar en productos mayormente industrializados.
Actualmente toda la instalación del taller se encuentra en mi domicilio particular y distribuyo las horas de trabajo entre este emprendimiento y mi empleo formal en el Ministerio tratando de estar siempre activa en ambos frentes: el artístico y el de mi faceta como geóloga.
“Calcita” sirve para mostrar otra cara de la minería, el costado artesanal y la pasión por los minerales; el valor de lo local. ¿Cuáles son los desafíos que observás desde el plano social y la relación de la actividad con las comunidades?
La comunicación y la educación ambiental tienen que seguir siendo ejes transformadores. No podemos dejar a San Juan fuera de la minería, somos una provincia minera, nuestra producción es principalmente minera. Hay que apostar por la sustentabilidad, por el desarrollo económico y por el acceso a información de calidad. Así también, es importante apoyar estas iniciativas locales y dar visibilidad a las historias que forman parte del día a día de la minería. De ese esfuerzo diario y con esa pasión nace Calcita.